Ampollas en los pies: ¿Por qué salen y cómo curarlas?

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¿Cuántas veces has sufrido a causa de las ampollas? Seguro que más de las que te gustaría recordar. Estrenando un calzado, de manera previsora, habrás colocado alguna tirita aquí y allí, pero la ampolla habrá salido en otra parte, tiene donde elegir: en el talón, entre los dedos e incluso en el arco plantar. ¿Sabías que el líquido del interior de la ampolla, una vez formada, es el causante de este dolor? Pese a la molestia, la ampolla aparece como defensa natural cuando el cuerpo detecta que la piel se lesiona. Pero aun así, en un momento de desesperación, habrás intentado reventarla sin más, ¿o no? No te desanimes, no nacemos enseñados para saber cómo curar ampollas en los pies. Por eso te lo explicamos a continuación: 

¿Por qué salen ampollas en los pies?

Antes de entrar en materia sobre cómo curar ampollas en los pies, un apunte clave: el calzado puede ser tu aliado o tu enemigo en este terreno. Si te preguntas por qué salen ampollas en los pies a causa de los zapatos, hay varias respuestas: si caminas mucho rato con zapatos nuevos, o si recuperas un par que hace tiempo que no te ponías, estos pueden provocar ese constante y tan molesto roce de la piel contra el material de turno, que acaba generando la ampolla. También te pueden salir ampollas en los dedos de los pies a causa del roce de piel con piel. 

Y hay más: te pueden salir ampollas en los pies por sudor si, por ejemplo, sueles practicar deporte, como el running. Además de asegurarte de usar unas buenas zapatillas, debes prestar atención a los calcetines; deben ser sin costuras y con telas que repelan la humedad. Y cuidado con las arrugas del tejido, también te pueden generar roce. 

¿Cómo curar las ampollas en los pies?

Toma nota sobre cómo curar las ampollas en los pies en cuatro sencillos pasos:

  1. Primero, limpia la ampolla y la zona afectada con jabón. A continuación, retira el jabón con agua templada y sécala. Si tienes gasas a mano, mejor. 
  1. Aplica antisépticos, como clorhexidina o povidona yodada. Asegúrate de tenerlos en tu botiquín siempre. 
  1. Cubre la ampolla con una gasa antiadherente y asegúrala con un esparadrapo de papel. 
  1. Deja de usar el calzado que te ha hecho daño hasta que la zona haya sanado.

¿Y si la ampolla es tan grande que apenas puedes caminar? Entonces deberás abrirla y drenarla, intentando que la fina piel que la recubre se mantenga. Sigue estos pasos: 

  1. Limpia la zona y usa una aguja esterilizada para realizar el minúsculo orificio por el que drenarás el líquido. 
  2. Aplica también clorhexidina o povidona yodada para limpiar la zona una vez hayas sacado todo el líquido. 
  1. Puedes cubrirla también, pero debes dejar que la piel descanse por la noche. 
  1. Si pierdes la piel de la ampolla por el camino, desinfecta la zona y recurre a un apósito especial, llamado de “piel artificial” o “segunda piel”. Sobre todo, nada de utilizar una tirita que tenga adhesivo sobre la herida, es decir, la típica que usarías para cubrir un pequeño corte, porque dañarías todavía más la piel.  

Deberás prestar atención a esta pequeña lesión hasta que acabe de secarse y hacer una limpieza diaria si sales bastante a la calle o la superficie se expone a ensuciarse. En caso de que se te infectara, debes acudir a un médico. 

¿Cómo evitar las ampollas en los pies?

Hay una señal que no falla para detectar que te va a salir una ampolla, o más: la piel se empieza a enrojecer y la molestia al rozar la piel con el zapato cada vez es mayor. Es la típica señal que te indica que se acabó la fiesta, ¡la ampolla está a punto de llegar! 

Si quieres llevar a cabo una tarea preventiva, estos son los cuatro consejos que debes seguir a rajatabla para evitar estas molestas ampollas: 

  1. Hidrata tus pies. Es un ejercicio que debes realizar todo el año, y a diario. 
  1. Emplea vaselina para reforzar la protección el día que vayas a caminar más. 
  1. Invierte en unos calcetines adecuados para cada actividad que vayas a realizar. 
  1. Alterna tu calzado, no recurras siempre al mismo. 

Y recuerda: no estrenes calzado o rescates ese par de zapatos que hace siglos que no te pones un día que sepas que vas a caminar o a pasar mucho rato de pie. 

Si sufres ampollas de manera muy constante, visita a tu podólogo de confianza. Recuerda que los hongos en los pies pueden causar ampollas, así como el hueso del talón en forma triangular, lo que se conoce como “espolón calcáneo”, que tiene diversas causas, como el sobrepeso, pero también el uso de un calzado poco adecuado, por ejemplo. En estos casos también deberás acudir a un especialista.

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