Consejos para alargar la vida de tu calzado

Puede que, mientras estéis preparando vuestro armario para el otoño que entra, os encontréis con la desagradable sorpresa de que al rescatar un par de zapatos de la pasada temporada se encuentren un poco deformados o ajados. Esto ocurrirá especialmente si no hemos tenido un poco de mimo a la hora limpiar, mantener y almacenar nuestro calzado. Para evitarlo, hoy os traigo unas pequeñas precauciones que nos ayudarán a alargar su vida útil y, además, beneficiarán la salud de nuestros pies:

– Una regla de oro en lo que a calzado se refiere es que nunca se debe utilizar el mismo par dos días seguidos, sino que deben descansar al menos 24 horas para airearse y recuperar su nivel de humedad habitual.

– ¿Zapatos nuevos? Antes de llevarlos una jornada completa, debes empezar por acostumbrar el pie durante un par de horas. Ten en cuenta que, aunque es verdad que el zapato se adaptará con el uso, debe resultarte cómodo antes de comprarlo.

– Si se te moja el calzado, nunca lo pongas a secar cerca de una fuente de calor, sobre todo en el caso de que sea de piel, si no quieres que se endurezca o desquebraje.

– Si no lo tienes ya, prepara un pequeño kit de limpieza que incluya, al menos, cepillos de cerdas naturales, gamuzas de algodón, crema hidratante, betún o crema incolora y grasa de caballo o cera de abeja.

– Y preocúpate por conocer las peculiaridades de cada material. Por ejemplo, para limpiar la lona basta con agua y jabón neutro pero ante materiales más delicados, como el ante, necesitarás productos especiales.

– Por último, a la hora de almacenar el calzado, especialmente si no vas a utilizarlo durante un tiempo, lo ideal sería guardarlo dentro de su caja correspondiente. Si tienes problemas de espacio, evita guardarlo amontonado: envuelve al menos cada par en bolsas de tela y procura que reposen sobre su suela.

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