¿Podríais vivir sin música? Yo no sé qué haría sin esas canciones con las que se me van los pies, o sin esas que me levantan el ánimo en los días malos, o sin esas que me ayudan a calmarme y a concentrarme… El amor por la música es algo que mis padres se esforzaron en cultivar desde que era una cría y, ahora que soy madre, intento transmitirles lo mismo a mis hijos. De momento, yo diría que lo estoy haciendo bien: Pablo ya apunta maneras de percusionista y Ana, tan pizpireta, se pasa el día bailando y cantando frente al espejo.
Pero si en algo estábamos de acuerdo mi chico y yo es que no queríamos que en nuestra casa sólo se escuchase música infantil. Lo que de verdad nos gusta es que nuestros hijos disfruten de los mismos grupos que nos encantan a nosotros así que, como ya pasaba en nuestro pisito de solteros, en casa suena casi de todo: de Los Planetas a Taylor Swift, de Bach a los Jackson Five, de los Beach Boys a los Rolling Stones. Pocas cosas producen más satisfacción que, después de escuchar una de tus canciones favoritas tu hijo te diga: ¡ponla otra vez!
Si os gusta la música independiente, de unos años a esta parte están proliferando un montón de grupos que hacen música para niños fresca y divertida que se sale de lo habitual, como Petit Pop, Candela y los Supremos o Billy Bloom Band. Si no les conocéis, seguidles la pista.
¿Quiere decir todo esto que no escuchamos canciones infantiles? Ni mucho menos. Cuando eligen ellos, las ganadoras son las bandas sonoras de sus pelis favoritas, que nosotros intentamos ver y escuchar en inglés. Que levante la mano quién tenga hijos y no haya aparecido por el trabajo tarareando la banda sonora de Frozen. ¿Me entendéis, verdad?
Y en vuestras casas, ¿qué música os gusta compartir con vuestros pequeños?