Pisando fuerte con ‘chunky shoes’

Tengo una amiga que tiene un método singular para decidir qué va a ponerse: antes que nada, elige el zapato que va a llevar dependiendo de su estado de ánimo y, a partir de ahí, compone el resto de su outfit del día. Así, si al levantarse se siente particularmente femenina se calza unos stilletos o si por el contrario se encuentra más aventurera, unas trainers.

Me interesa esa idea de que lo que llevemos puesto no sólo hable de cómo somos como reflejo de nuestra personalidad, sino también de cómo nos sentimos en ese preciso momento. Siguiendo la regla de mi amiga, para esos días en los que tengo una dosis de energía extra y me apetece comerme el mundo, me decantaría sin dudar por unos chunky shoes, ya sabéis, esos zapatos o botines con una suela ancha y dentada (chunky es un adjetivo inglés que significa grueso, robusto o macizo).

Aunque a primera vista parecen algo pesados por su contundencia, lo cierto es que al tener una base sólida y estable, son sorprendentemente cómodos. Combinan bien con pitillos tobilleros o leggins, con faldas o vestidos (me gusta especialmente cuando las medias contrastan con el color del zapato) o con pantalones con pata de elefante. Entre mis preferidos de la colección otoño-invierno de Merkal están estos mocasines con tacón y estos botines de plataforma, ambos de Creeks, perfectos para pisar con fuerza y no detenerse ante nada que se interponga en el camino, ¿no os parece?

De cualquiera de las maneras, quiero pensar que la teoría de mi amiga también funciona al revés, de forma que si nos levantamos con el pie izquierdo (nunca mejor dicho) y nos encontramos un poco tristes o decaídos, la elección del zapato adecuado puede revertir estas sensaciones y mejorar nuestra seguridad y autoestima. A mí, al menos, me funciona. ¿Y a vosotras?

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