Hoy vengo a compartir una idea improvisada que tuvo un gran éxito entre mis hijos y sobrinos un día cualquiera de verano.
Os cuento: la aventura comenzó con una parada en una tienda Merkal cercana para recoger un pedido web. Casualmente, nos llamó la atención una chica que llevaba unas zapatillas de lona pintadas a mano y, no sé muy bien cómo, acabamos comprando lonas para todos que customizamos esa misma tarde. ¡Y fue muy divertido!
Así que si os gustan las manualidades os invito a que hagáis lo mismo ya que con poco presupuesto y la única ayuda de vuestras manos y vuestra creatividad conseguiréis unas zapatillas personalizadas, únicas e irrepetibles:
Para empezar, tendréis que haceros con:
- Unas zapatillas de lona por cabeza. Si tenéis alguna idea preconcebida, elegid el color que mejor se adapte a ella, si no, mejor blancas o de un color clarito.
- Rotuladores o acuarelas para tela.
- Cinta aislante y guantes de goma desechables.
- Pinceles, tampones, cepillos de dientes, bastoncillos para oídos o cualquier otra cosa que os ayude a pintar y estampar con distintas texturas.
- Hilo y aguja: cuidado con los niños pequeños (y con los adultos torpes).
- Retales de tela.
- Tachuelas.
- Purpurina y pegamento.
Algunas ideas:
- Forrar la lengüeta con una tela con un estampado original.
- Pintar la zapatilla entera con un patrón sencillo en varios colores: líneas, ondas, zigzag…
- Cambiar el color de los cordones.
- Espolvorear pintura con ayuda de un cepillo de dientes para crear un efecto estrellado.
- Tachuelas y pinchos son fáciles de poner, tan sólo hay que hacer un pequeño agujero en la lona para ajustarlos.
- Para usuarios avanzados: probad a bordar algún motivo sencillo.
Si os animáis a customizar vuestras propias zapatillas, enviadme más ideas o, mejor aún, fotografías con el resultado. ¡Estamos buscando inspiración para la próxima vez!